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Crisis presupuestaria en salud: advierten riesgo para la sostenibilidad del sistema y la continuidad de tratamientos en Chile
Con un llamado urgente a priorizar la sostenibilidad del sistema de salud chileno, la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile (FEN) y la Asociación de Dispositivos Médicos de Chile (Adimech) realizaron el encuentro “Sostenibilidad financiera y gestión de presupuesto: ¿cómo afecta a las personas?”, que reunió a representantes del sector público, privado y académico.
El diagnóstico fue categórico: “la deuda del sistema de salud ha alcanzado niveles críticos. Con un presupuesto 2025 de crecimiento limitado, compromisos impagos arrastrados y bajo severas restricciones operativas, los servicios de salud enfrentan crecientes dificultades para responder a una demanda cada vez más compleja”, señaló Álvaro Clark, Director Ejecutivo de Alta Dirección en la FEN UCH y anfitrión del encuentro, abriendo el debate para abordar la compleja situación financiera que vive la salud en el país.
Ricardo Cortés, presidente del directorio de Adimech, entregó un panorama alarmante, reiterando que actualmente los proveedores están financiando la salud pública en Chile: “Nuestros socios reportan entre un 30% y un 70% de su facturación vencida, con facturas impagas hace más de seis meses. Esto no solo afecta a los proveedores, sino que compromete directamente la atención de los pacientes y el suministro de insumos esenciales”.
Según datos del gremio, la deuda hospitalaria con los proveedores de dispositivos médicos superaría los $ 200 mil millones, pero ese número no incluye los productos implantados que aun no se generan las ordenes financieros que no se registran formalmente, es.
Por ello, advirtió sobre una “deuda oculta” que agrava el problema: insumos entregados sin órdenes de compra, facturas rechazadas sin fundamentos y prácticas que dilatan los pagos. “No es solo un problema contable. Si no se paga, no hay insumos, no hay servicios, no hay atención. Y eso ya está ocurriendo”, remarcó.
“Si este año no tenemos una solución real, el 2026 no sabemos qué va a ocurrir. Se está poniendo en riesgo la sostenibilidad de todos los proveedores de salud y eso tendrá un efecto directo en los pacientes y en las listas de espera”, señalo el ejecutivo
Asimismo, alertó sobre la “deuda oculta de salud”, cifra que incluye los compromisos financieros que no se registran formalmente, como los insumos entregados y que los hospitales no han respaldado con órdenes de compra y que reportan facturas pendientes por más de seis meses, a los que se suman rechazos injustificados de facturas, usados como mecanismos para “ganar tiempo y postergar pagos”.
Los efectos ya son evidentes: listas de espera en aumento, prestaciones suspendidas por falta de recursos y un entorno de incertidumbre que impide planificar, contratar e invertir en mejoras, con proveedores que están financiando la ‘bicicleta del sistema’. A esto se suma una burocracia creciente en los procesos de compra y pago, que impacta por igual a hospitales y proveedores.
Todos los panelistas coincidieron en que, más allá de la coyuntura, la única forma de enfrentar la crisis presupuestaria en el mediano y largo plazo es transformando la forma en que se gestiona, se planifica y se ejecuta el gasto en salud. “No podemos seguir construyendo presupuestos desde una aspiración, desconectada de la realidad operativa. El punto de partida debe ser lo que se necesita resolver: asegurar prestaciones, saldar deudas y garantizar la continuidad en la atención”, afirmó Daniela Sugg, economista de la FEN.
En esa línea, Jeannette Vega, exministra y exsubsecretaria de Salud Pública, advirtió sobre el desfase crónico entre el gasto real y las necesidades de atención. “Hoy el sistema está sub financiado, con todas las ineficiencias que se quieran. Pero el cálculo es claro: los países desarrollados destinan alrededor del 11% del PIB a salud. Aquí, además, los costos del sector crecen al doble de la velocidad del PIB. Ese es un problema estructural”.
Para el exministro de Salud Enrique Paris, junto con mejorar la gestión presupuestaria, es fundamental “hacer mucho más eficiente la red asistencial. La fragmentación entre niveles de atención profundiza la ineficiencia. Debemos fortalecer la atención primaria como puerta de entrada efectiva y articularla con la atención secundaria”.
El encuentro también abordó las debilidades de gestión dentro del sistema. “Enfrentamos una red con capacidades estratégicas y operativas limitadas, con procesos poco coordinados y una cultura institucional que aún no consolida una mejora continua basada en datos y resultados”, señaló Claudio Baeza, director del Hospital Clínico Regional Dr. Guillermo Grant Benavente.
Ana María Arriagada, presidente del Colegio Médico, destacó la relevancia de la gestión del cuidado centrada en las personas. “Cuando las especialidades funcionan de manera coordinada e integrada, el impacto positivo para los pacientes es enorme, y este enfoque también es clave para la sostenibilidad financiera”.
Luis Castillo, exministro de Salud y decano de Ciencias de la Salud de la Universidad Autónoma de Chile alertó que hay alrededor de US$200 millones que hoy se están usando en programas mal evaluados, sin impacto real en la salud pública y que no han sido corregidos. De acuerdo a sus estimaciones, “el déficit del sistema este año podría alcanzar los US$1.152 millones”. Así, planteó la urgencia de fortalecer el liderazgo en la red asistencial. “El sistema requiere gestores con competencias en procesos, compras, digitalización y operación clínica. La gestión estratégica de salud no puede seguir siendo el eslabón débil; debe transformarse en el motor del cambio”.
Óscar Vargas, director del Hospital de Melipilla, planteó que la mayor parte del presupuesto hospitalario se destina a recursos humanos, lo que hace urgente avanzar en reformas normativas y de gestión. “Mientras no modernicemos el Código Sanitario y no cambiemos la cultura interna de los equipos de salud, será muy difícil implementar mejoras. Se requiere un nuevo pacto con los funcionarios, centrado en la colaboración, la formación continua y el foco en resultados”.
Si bien los cambios estructurales permitirán mejorar la sostenibilidad del sistema en el mediano y largo plazo, la situación financiera actual no da más. Regularizar los pagos a proveedores es una urgencia ineludible. “No se trata solo de un problema contable: es una amenaza directa a la operación del sistema. Si no se paga, no hay insumos, no hay servicios, no hay atención. Y esa es una realidad que está afectando hoy a miles de personas en todo el país”, advirtió Ricardo Cortés.
El cierre del encuentro fue un llamado a actuar con decisión en acciones concretas como avanzar en una reforma estructural para la confección del presupuesto de salud, para alinear los recursos asignados con los costos reales del sistema, además de prioridad la tramitación de la Ley de Dispositivos Médicos, que permita regular estándares de calidad, trazabilidad, financiamiento y pagos oportunos a los proveedores. Las que se espera sean discutidas en una mesa de trabajo amplia, promovida por los organizadores ADIMECH y FEN.
